La primera vez que escribí un blog

Pues si, ¿Porqué no contarlo?, después de mucho tiempo siendo devorador compulsivo de blogs me dio por hacer el mío propio.

La primera duda: ¿Sobre qué hago el blog? Tengo muchas cosas que contar, mucho que compartir.

La segunda duda: ¿Pero será algo que interese? A lo mejor lo que a mi me gusta, me preocupa, me hace pensar es totalmente distinto a lo que gusta, preocupa o hace pensar a los demás.

La tercera duda: Con todos los blogs que hay por ahí ¿No estarás repitiendo cosas que ya se pueden encontrar por ahí? No espero poner contenido original siempre, pero aunque esté repitiendo cosas lo haré con mi punto de vista.

La cuarta duda: Aquí tiré las dudas a la basura y empecé a escribir...

Pasito a pasito en estos casi tres meses de existencia del blog he visto como hemos ido creciendo los tres, el blog, mi autoestima y yo, miro todas las mañanas quien me ha visitado, de 4 o 5 visitas diarias han pasado a 25 o 30 y puedo jurar que me despierta más que un café el ver cuando me levanto que ha hecho mi blog durante la noche, porqué se que no duerme, ver que desde miles de kilómetros de distancia a alguien le ha parecido lo suficientemente interesante como para dedicarle un breve momento de su vida, que alguien cerca de mi se ha parado a ver lo que he escrito.

Me da igual si son 100 o 100.000 los que lo leen, con uno creo que me bastaría, el placer de ver un nuevo rostro en mis seguidores, un número más en el contador de visitas es suficiente.

Además me he dado cuenta de que la mayor parte de esas personas que les interesa mi blog me aportan más a mí de lo que creo que les puedo aportar yo a ellas, también escriben, también me enseñan cosas interesantes, también me hacen pensar y disfrutar...

Este texto lo he enviado a Primeras veces, me ha llamado la atención este blog y me ha dado por contarlo, y ahora lo dejo aquí para compartirlo con vosotr@s como agradecimiento a tod@s los que lo seguís y le dais vida.